viernes, 12 de mayo de 2017

preguntas que no se hacen a tu dentista

Lo que nunca debería preguntar a su dentista


"Doctor, tengo pelos en la lengua". ¿Cree que es un chiste? Pues no. Ocurre, como otras miles de anécdotas con las que los doctores podrían escribir libros fascinantes (o terroríficos, según se mire) y que surgen a partir de consultas de pacientes un poco despistados. Esto es una selección de siete de ellas, todas del gremio de los dentistas. O lo que es lo mismo: lo que nunca debería preguntar al especialista, si no quiere que lo tomen por bárbaro.

¿Hay combinaciones milagrosas contra el dolor de muelas?

Javier Ortega, odontólogo de Clínica Menorca, nos cuenta su experiencia: "Barbaridades se oyen muchas, pero creo que la mayor fue la de un paciente que acudió a consulta desesperado por un dolor de muelas que no podía calmar. Entendiendo por nada locuras tales como colocarse en la zona una aspirina, echarse vodka por encima y enjuagarse después con gasolina. Sin embargo, lejos de ayudar, la aspirina es un ácido que, aplicada directamente sobre el tejido blando, quema la encía, con serios problemas difíciles de solucionar en el futuro. En el caso del alcohol, lo más probable es que la encía quede enrojecida, con úlceras. Es difícil mantener mucho tiempo un líquido en un punto concreto, lo más normal es que se extienda por la zona y al final se trague. Si lo repetimos tres o cuatro veces, al final el dolor no desaparece, pero ya no eres consciente de él por el estado de embriaguez. Los riesgos de la gasolina no se pueden enumerar porque son infinitos, no solo en dientes, también en encías, mucosas y boca en general". Moraleja: no busque soluciones en foros de Internet.


¿Quién quiere un blanqueamiento dental, teniendo limón y bicarbonato?
Dory Sánchez, directora de la Clínica Rosales, explica: "Nos venían muchos clientes con los dientes totalmente deteriorados porque habían estado durante años frotándoselos con limón para blanquearlos, y eso es una auténtica barbaridad, como cepillarlos con bicarbonato. Este tipo de hábitos lo que hace es dañar el esmalte, en ocasiones, de un modo irreparable. Cada vez hay más cultura dental, pero todavía queda mucho camino por recorrer". Por cierto, el 22% de españoles se cepilla los dientes menos de dos veces al día y la duración del acto no alcanza los 2 minutos recomendados, según la encuesta europea sobre salud oral Wrigley y GSK.
¿Me pone un implante dental por menos de 200 euros?
Carlos Álvarez, de la Clínica Sonríe Granada, defiende: "La gente cree que 200 euros es un precio justo para un implante, y nada más lejos de la realidad. Quizá para la pieza, sí, pero hay que añadir estudio, fase quirúrgica, aditamento protésico, corona de porcelana... Una mala elección en los implantes nos puede acarrear muchos trastornos que afectan a la salud y calidad de vida". La Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) confirma: "La diferencia de precio radica, sobre todo, en la calidad del servicio y los materiales empleados. Un buen diagnóstico, realizado por un equipo multidisciplinar de profesionales, es un elemento básico para establecer un correcto, adecuado y efectivo tratamiento con implantes dentales". Infórmese pues en el colegio de odontólogos de su ciudad antes de decantarse por una clínica, y dude de las ofertas que anuncian "desde 200 euros…", pues a menudo no incluyen el resto de los servicios básicos.  
¿Es esto lo peor que me ha pasado en la vida?
Débora R. Vilaboa, directora de la Clínica Vilaboa y miembro de la Academia Europea de Estética Dental, expone su caso: "La mayor barbaridad que he escuchado en mis treinta años de andadura profesional es cuando comunicamos a un paciente el plan de tratamiento dental que debía seguir y, completamente en serio, me contesta: 'A ver si con un poco de suerte me he muerto de aquí a un año y así me evito tener que hacerme nada'. Comprendemos la actitud de ansiedad y miedo ante lo desconocido de algunos pacientes, que los tratamientos requieren siempre un esfuerzo, sobre todo al tener que acudir repetidas veces a la consulta, pero este hombre en concreto, en lugar de preguntar y hablar conmigo, prefiere rechazar el tratamiento pensando que es un sacrificio innecesario. Tenía 48 años, ninguna enfermedad y no estaba bromeando". Según este estudio de estomatología, los factores que desencadenan el temor al dentista son el ruido de la máquina pieza de alta, el visionado del instrumental, las inyecciones y el coste económico de la visita.

información sacada de diario el país " http://elpais.com/elpais/2015/02/02/buenavida/1422879069_902295.html?rel=mas " todos los derechos le pertenecen a ellos, para mas información del articulo visiten su pagina

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